«La variación sintáctica», entrada de la Enciclopedia de Lingüística Hispánica

9780415840866

Se ha publicado la entrada “La variación sintáctica” en la Enciclopedia de Lingüística Hispánica (ed. Javier Gutiérrez-Rexach, 2016, Londres: Routledge, pp. 809-821), cuya autora es María José Serrano. En dicha entrada enciclopédica se resumen los antecedentes históricos y metodológicos de la variación sintáctica y se exponen los avances más recientes, los cuales se han obtenido fundamentalmente mediante el trabajo desarrollado en los distintos proyectos de investigación competitivos concedidos al grupo de investigación CoSoLen.

Todas las lenguas muestran la capacidad de variar los recursos y posibilidades expresivas mediante sus gramáticas. El estudio de la variación en sintaxis se ocupa de las sucesiones y combinaciones de elementos que proporcionan a los hablantes la capacidad de representar los contenidos de modo diverso y de orientar de una u otra forma la comunicación humana. Al conllevar importantes repercusiones semánticas, cognitivas, sociocomunicativas y estilísticas, esta variación constituye el principal punto de partida para la creación de significados, que pueden ser analizados mediante la incorporación de distintas herramientas hermenéuticas y teorías en el análisis. Así pues, la variación sintáctica ha podido estudiarse y analizarse no como causante de un “problema” de significado, sino precisamente como el origen de este.

Los estudios en este campo permiten entender por qué un hablante emite una construcción de una forma determinada en una situación social y comunicativa concreta y cómo se construye la elección o posibilidad significativa que comporta. Así, la variación sintáctica es uno de los mayores potenciales lingüísticos de significado que poseen todas las lenguas, ya que es el reflejo de la variabilidad del entorno natural y social donde se desenvuelve el ser humano. Una de las deficiencias advertidas en los análisis variacionistas tradicionales es la ausencia de una explicación factible de la relación entre hablante y uso o selección variable, y ello debido al predominio de una postura conductista que analiza clases cerradas de individuos con comportamientos previsiblemente opuestos (clase alta frente a clase baja, hombre frente a mujer, etc.) en cuanto al uso de una forma lingüística, de los que se espera una conducta más o menos homogénea en su comunidad de habla. Así, por ejemplo, se relaciona el fenómeno (de)queísmo con un sexo o género y el uso de usted con la edad que posee el individuo, sin explicar nada más allá de la frecuencia con la que, según esta pertenencia, se utiliza una determinada variante en oposición a otra. Por ello, venía siendo necesario ahondar en la naturaleza comunicativa de la variación en el plano sintáctico y enfocar su estudio desde una perspectiva diferente, donde no se describen simplemente fenómenos variables, sino que además se explican. Así pues, las contribuciones recientes al estudio de la variación sintáctica no pueden pasar por alto el paradigma teórico cognitivista, basado en que forma y contenido son indisolubles. Esto remite a principios generales de la cognición humana y a la forma en que esta se construye a través de la interacción con la sociedad y con el experiencialismo. De este modo, en el marco del grupo de investigación CoSoLen se ha creado una nueva metodología para el estudio de la variación que, partiendo de sus propiedades cognitivas, crea distintos significados (lingüísticos y sociales) que dan lugar a estilos comunicativos en el discurso. La tendencia actual que investiga los mecanismos internos de base cognitiva que subyacen a la variación sintáctica conecta con los enfoques más modernos de la lingüística cognitiva, que tiende a extender el estudio de la cognición individual hacia la social o colectiva. Esta aproximación a una sociolingüística cognitiva se había manifestado ya en este campo. La forma de estudiar las variables sintácticas desde la perspectiva cognitiva a partir de datos procedentes de corpus se realiza, al menos, siguiendo dos tendencias; una de ellas es la que está centrada en los aspectos psicolingüísticos o internos que llevan al hablante a elegir una variante frente a otra, sin relacionarlas con variables externas. Otra es la que explica la variación como la interacción entre variables internas y externas.

Tomando como punto de partida algunas propiedades cognitivas que posee la gramática, tales como la prominencia cognitiva y la informatividad textual, se ha podido desarrollar ampliamente el estudio de varios fenómenos de variación sintáctica en la actualidad, tales como la variación de los sujetos pronominales, la de las estructuras de pasiva y la de los objetos verbales de persona. Este nuevo enfoque del estudio de la variación sintáctica, que conjuga el significado de las variantes y la perspectiva cognitiva y textual con la sociocomunicativa ha permitido alcanzar notables resultados en torno a la variación estilística, fundamentalmente en torno a las dimensiones del continuum objetividad-subjetividad. También ha servido para abordar las tradicionales clases sociales de un modo dinámico y adaptado a la interacción; se estudian funciones comunicativas que los hablantes desempeñan en los textos conversacionales (transaccional o interpersonal) y adscripciones socioprofesionales en los textos de los medios de comunicación, además del sexo/género.

La metodología actual de análisis de la variación sintáctica podría comprender las siguientes etapas: a) Observación de las posibles variantes de un fenómeno o variable gramatical en un contexto determinado (género textual o conversación espontánea); b) Determinación de las propiedades cognitivas de dichas variantes y del significado discursivo-pragmático que se crea con cada una de ellas en un enunciado o texto determinado; c) Observación de la utilización de cada variante según la función comunicativa del hablante y las características del género o texto donde se produce; d) Cuantificación de cada variante según la frecuencia relativa, esto es, contrastando la frecuencia de una frente a otra o de una variante frente a cualquier otro elemento sociocomunicativo (por ejemplo, sexo/género, adscripción socioprofesional); e) Cuantificación de la variable absoluta (si se considera necesario) calculando la frecuencia de una variante por cada 10,000 palabras en un género textual; f) Obtención de resultados que permitan delinear el estilo comunicativo creado, que tendrá un origen gramatical variable (dado que se parte de variantes sintácticas) y cognitivo (puesto que se observan las propiedades cognitivas de las variantes). La principal innovación de esta metodología frente a las precedentes es que se presta una mayor atención al análisis cualitativo mediante el examen detenido de las características cognitivas y discursivo-pragmáticas de las variantes, así como de la coaparición de esas variantes con otros elementos lingüísticos como sociales en distintos géneros y situaciones comunicativas.

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