Entre las construcciones del español caracterizadas tradicionalmente como impersonales figura el uso de verbos en tercera persona del plural (es decir, con la desinencia –n) sin un sujeto correferencial en el contexto ni un referente claramente identificado en la situación comunicativa. Este uso, al que nos referiremos como no fórico, se da en ejemplos como los siguientes:
(1) Están llamando a la puerta; voy a ver quién es
(2) Dicen que el tiempo seguirá cambiando en los próximos años
(3) Otra vez les han subido los impuestos a los autónomos
En algunos estudios se han aducido ejemplos de interpretación no fórica de pronombres expresos como ellos; no …