La gramática descriptiva ha distinguido habitualmente una construcción pasiva y una impersonal formadas con el clítico se. Tal distinción se basa en si el referente término del evento (es decir, aquel en el que desemboca el flujo de energía, o que recibe las consecuencias de la acción o proceso) establece o no concordancia con la terminación del verbo: Se encontraron las actas frente a Se encontró a los fugitivos. Aunque la animacidad del referente debería llevar a su formulación como objeto con a y al bloqueo de la concordancia, como se ve en el segundo ejemplo, lo cierto es que en el uso podemos observar abundantes cruces entre ambas construcciones: tanto Se encontró las actas como Se encontraron a los fugitivos, aunque antinormativas, son posibles.
Un enfoque funcional-cognitivo debería desechar, de entrada, la idea de que se trata de construcciones sinónimas, por mucho que ambas compartan la función básica de difuminar la presencia del agente, focalizando el evento en el paciente o tema, y con ello promuevan la desubjetivación del discurso. De hecho, ya el Esbozo de la RAE intentó precisar una diferencia de significado:
La vacilación que en nuestros días se produce entre se venden botellas y se vende botellas, se alquilan coches y se alquila coches, tan discutida por los gramáticos, depende de que prevalezca la idea de que las botellas son vendidas (impersonal pasiva), concertando el verbo con su sujeto pasivo, o bien de que un sujeto indeterminado vende botellas (impersonal activa).
(RAE 1973: 383)
No obstante, se reconoce que en los casos de referente singular sin preposición (Se vende piso) es imposible saber si la interpretación correcta es de pasiva o de impersonal. Desde un punto de vista isomórfico de la gramática, cabe suponer que, en realidad, tampoco importa: en un ejemplo como este, no queda claro que esas supuestas interpretaciones se correlacionen con significados distintos en algún nivel de análisis. No ocurre lo mismo, por supuesto, en los casos con referente plural, donde la variabilidad en la concordancia ha de considerarse relacionada con una diferencia conceptual.
Para Maldonado (1992), las construcciones con se forman un continuum relacionado con la competencia entre el sujeto temático y un agente externo por alcanzar la mayor prominencia. La necesidad de que exista un agente humano en la semántica del verbo favorece una lectura activa, en la que gana prominencia el iniciador del proceso. En cambio, la concordancia con el verbo, aunque promueve la interpretación pasiva, resulta menos determinante que esa presencia de un agente humano. El autor propone un continuum de posibilidades entre la activa transitiva (Juan construyó ese edificio), que supone la mayor transición de energía, y la absoluta (Las montañas se encuentran en el desierto), sin ninguna transición de energía. Este continuum refleja sincrónicamente el hecho de que los supuestos tipos dese son el producto de la extensión del reflexivo original a una variedad cada vez mayor de contextos discursivos; así, el uso impersonal se derivó del pasivo (Monge 1955).
Frente a Maldonado y la mayoría de los autores, que consideran que se sirve para esconder a un agente humano o que contiene en sí mismo a dicho agente, Fernández (2007: 41-42) afirma que el clítico hace todo lo contrario: bloquea la conceptualización de dicho agente. Si en algunos casos sobreentendemos la presencia de este, es por la semántica verbal y por nuestro conocimiento del mundo, no porque se halle contenido en el propio clítico. En los casos que admiten tanto una lectura agentiva como no agentiva, como en La puerta se abrió, es obvio que la interpretación se ve favorecida por la posición del sujeto; en Se abrió la puerta es más fácil la lectura pasiva. La autora lo condensa de una forma muy clara: “El hecho de que entendamos que hay un agente en el caso de los verbos que por su semántica lo requieren no es a causa de se sino a pesar de se”.
Teniendo esto en cuenta, rechaza toda distinción semántica o pragmática entre las pasivas y las impersonales con se, argumentando que unas y otras responden a un mismo esquema (habla, no obstante, de una “leve diferencia de conceptualización”, para salvaguardar el principio del isomorfismo). Aduce también la existencia de construcciones con clíticos de acusativo o de dativo (Se los vende), que, teniendo en cuenta que las supuestas equivalentes con sintagma nominal (Se vende pisos) son condenadas por la norma, deberían considerarse correlativas de las pasivas concordadas (Se venden pisos). El hecho de que el referente aparezca como clítico se debería, simplemente, a su mayor accesibilidad contextual.
Frente a la descripción tradicional y a lo que establece la norma, es obvia la existencia de un continuum en el uso, con abundantes ejemplos de supuestas impersonales con concordancia y de supuestas pasivas sin ella, como podemos ilustrar con fragmentos escritos y orales del corpus MEDIASA. Ocurre esporádicamente que un referente plural y animado encabezado por a atraiga la concordancia del verbo. Aunque Azofra Sierra (2010: 153) afirma que ejemplos como (1) son frecuentes en el discurso de los medios, la presión normativa puede actuar contra su aparición:
(1) La Hermandad de Donantes de Sangre de Salamanca tiene registrados en sus ficheros a un [sic] cerca de 35.000 donantes, si bien se consideran activos a 17.000, esta es la cifra de aquellos que han ido a entregar sangre al menos una vez en los tres últimos años.
<Not-Ad-171104-14a>
Por otro lado, a veces hay elementos gramaticalmente singulares que se interpretan fácilmente como pluralidades, lo que ocasiona ambigüedad en el análisis. En el siguiente ejemplo, un total, aunque como núcleo del sujeto podría concordar en singular, también puede analizarse como mera expresión cuantificadora del verdadero núcleo, que sería abortos:
(2) La estadística presentada por “El jardín de los ausentes” pone de relieve que en Salamanca, durante el 2002, último año del que se han ofrecido datos, se practicaron un total de 335 abortos.
<Not-Ad-171104-14b>
En (3), se está apreciando puede estar concordando en singular con otro, si bien el antecedente de la subordinada relativa es los datos, con lo cual no queda claro si se ha formulado una construcción impersonal. En realidad, las cláusulas con construcciones pluriverbales son especialmente complicadas, ya que la concordancia depende de su grado de gramaticalización, es decir, de si funcionan como núcleos verbales unitarios o pertenecen a cláusulas distintas (como se discute en Aijón Oliva 2010 con respecto a la colocación de se). La mayor facilidad para que falle la concordancia en estas construcciones se observa también en (4).
(3) Otro de los datos que se está apreciando en este comienzo de año es la sensible disminución en la entrada de los ladrones en los pisos de la capital salmantina.
<Not-Ga-290104-66>
(4) las televisiones todavía son las que mandan y el Ge treinta y el Ge doce están reunidos por / distintas vías esperando a ver si se puede solucionar los conflictos
<Mus-40-220803-11:40>
No obstante, sí hay casos claros en que, según la norma, el verbo debería concordar en plural (por ser el referente inanimado y no llevar partícula de objeto) y, sin embargo, no lo hace; es decir, en que se podría haber formulado la denominada pasiva refleja y, en lugar de ello, se ha optado por la construcción impersonal. Lo más interesante es comprobar que siempre ocurre en contextos de colocación posverbal del referente (con la posible excepción del ejemplo 3 supra), lo que sugiere su baja prominencia y cierta tendencia a reproducir el orden no marcado SVO, con un sujeto que queda bloqueado por la presencia de se. En estos casos el objeto posverbal suele ser poco prominente, por su carácter indefinido o semánticamente más bien abstracto (noticias, planes). En (5), además, la lexicalización del modismo tener noticias contribuye a diluir la percepción de noticias como referente diferenciado.
(5) El juez árbitro de los torneos, Ricardo Alonso, se ha pegado una notable paliza pero no ha recibido ninguna reclamación, y no se tiene noticias de trasiego de maletines con lomos y latas de sardinillas.
<Art-Ga-230804-4>
(6) Para dar a conocer a los empresarios la posibilidad de utilizar el SIG, el día 11 de noviembre habrá una jornada informativa a las 20 horas en la Cámara. Por el momento, se seleccionará los planes de empresa a realizar, aunque facilitarán los gráficos a quien lo pida.
<Not-Ga-051104-13>
Algunos contextos de variación plantean situaciones más complejas. En (7), el reanálisis de un complemento circunstancial (cuatro horas) como complemento directo permite a su vez la concordancia de este como sujeto pasivo en la construcción con se:
(7) En este sentido, los sindicatos reclaman la reducción de los contratos a tiempo parcial, la conversión a fijos de los de relevo y la regulación de la jornada para evitar “que un día se trabajen cuatro horas y al día siguiente doce”, según apuntó desde Madrid Rafael Hueso, miembro de CCOO en el órgano de representación de los trabajadores.
<Not-Ad-070404-10>
Similar es este otro ejemplo; también en el caso del verbo tardar resulta dudosa la propia caracterización funcional de horas en la construcción activa:
(8) y: a eso se juntan pues los planes de vuelo que son la:rgos / que en fin / que se tardan horas en: llegar hasta Kabul
<Inf-SE-300503-19:15>
Si bien en un análisis meramente descriptivo y mecanicista se hablaría de entrecruzamiento o confusión de estructuras en el uso, el enfoque funcional-cognitivo nos permite comprender que la distinción entre un se pasivo y uno impersonal, aunque no constituya la visión más adecuada de los hechos (mucho menos si se plantea como categórica), sí responde a la percepción de que hay variaciones en la prominencia del referente en correlación con la concordancia verbal. Mientras que un referente animado encabezado por a (en sí misma un índice de especial prominencia en el ámbito de los objetos) puede atraer la concordancia con el verbo, otros referentes inanimados y de carácter indefinido podrán no establecer dicha concordancia, como ocurre en el ejemplo arquetípico Se vende pisos. Este ámbito de variación gramatical ilustra, pues, la inseparabilidad de la forma, la función y el significado.
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