Eso no se hace

Diversas descripciones sobre las oraciones pasivas e impersonales con se han señalado la posibilidad de que estas reciban una lectura modal deóntica, según la cual el hablante no pretende meramente exponer un hecho, sino indicar que lo contempla como necesario, obligatorio o deseable, con el objetivo de influir en el comportamiento de sus interlocutores. Es lo que ocurre con expresiones cotidianas como la que encabeza esta entrada, dirigidas típicamente a niños y jóvenes con intención admonitoria: Se dice “gracias”, No se habla con la boca llena, etc. Tales asociaciones situacionales resuenan en este fragmento de un programa de radio, en que una locutora se queja humorísticamente a su equipo de un fallo técnico que ha obligado a interrumpir la reproducción de una canción:

(1)

mira / eso / eso no se hace ¿eh? / yo qu(e) estaba ahí totalmente en:tusiasma:da / con lo de la canción: de Ismael: Serrano ese Sin ti: a mi lado / ¿será posible:? / un álbum un disCAzo impresionante <Mus-Di-200503-12:35>

Sin embargo, y a pesar de su aparente asociación al ámbito familiar o a la conversación más o menos espontánea, la lectura deóntica de se puede darse en otras situaciones. Así, en un anuncio radiofónico (ejemplo 2) encontramos la aseveración de que con la seguridad de los niños no se juega, del mismo modo que, en un tuit reciente de una representante política (3), se critica implícitamente un comportamiento ajeno al señalar que la responsabilidad no se delega, sino que se asume y se ejerce.

(2)

en: Paco Ache: / sabemos que con la seguridad de tu hijo: / n:o se juega: / por eso tenemos la silla para automóvil / marca Röme:r / máxima seguridaz y comodidaz / para tu hijo  <Anu-Co-071204-8:40>

(3)

Lo más interesante es que los enunciados deónticos con se son isomórficos con los declarativos; esto es, a priori sería posible interpretar que únicamente pretenden constatar un hecho. Generalmente aparecen en presente de indicativo y se prestan a una lectura gnómica o habitual, en línea con la interpretación de propiedad señalada frecuentemente en estas construcciones. Una oración como Aquí se habla español podría entenderse como meramente informativa (por ejemplo, al aparecer en un cartel de un establecimiento en un país anglosajón) o como directiva (si pretende impedir que se utilicen otras lenguas). Por ello, su uso con esta última intención presupone que la audiencia será capaz de seleccionar esa interpretación pragmática como la más relevante según el contexto: siempre cabría la posibilidad de que se optara por entender el enunciado como simplemente declarativo. En el siguiente eslogan turístico, no se está imponiendo una necesidad u obligación a la audiencia, pero sí es evidente que la aseveración de que A Murcia se vuelve va encaminada a crear una percepción sobre lo que es habitual o normal (obsérvese, por cierto, la aclaración mucho más explícita de la versión en inglés):

(4)

Parece claro que estos usos reciben su fuerza directiva del propio hecho de presentar el contenido como una verdad general y comúnmente aceptada: es necesario hacerlo, simplemente porque se hace. Ello ocasiona efectos pragmáticos diferentes a los que se producirían con elementos asociados específicamente a la modalidad deóntica, como pueden ser los diversos auxiliares de las construcciones modales, que en su mayoría son compatibles con las estructuras de se: No se debe hablar con la boca llena, Se ha de decir “gracias”, etc. Estos verbos modales, al introducir de modo explícito la orientación directiva, renuncian a parte de la objetividad discursiva que supone un verbo simple en presente habitual o gnómico. A cambio, evidentemente, guían de manera mucho más clara la interpretación por parte de la audiencia, excluyendo la posibilidad de eludir esa inferencia modal preferente, como en (5).

(5)

Cuando a un partido político se le exigen resultados se debe hacer en las elecciones, y en los cuatro procesos electorales que ha habido en estos últimos dos años ha ganado el PP.  <Ent-Ad-131104-17>

Y bien, ¿por qué puede darse esta misma inferencia en cláusulas que, aparentemente, no contienen tales elementos modalizadores? Está claro que los factores contextuales que lleven a seleccionar esa interpretación pueden ser muchos y, a menudo, difíciles de predecir. Pero cabe observar que, en muchos casos, la propia cláusula contiene elementos encaminados a acotar de algún modo el ámbito referencial y nocional al que se aplica el contenido, que además suelen aparecer en posición preverbal (Eso no se hace, Con la seguridad no se juega, etc.). Sin duda, no se trata de simples indicaciones de espacio, tiempo o modo, sino que pueden describirse como constructores de espacios mentales (Fauconnier 2014): elementos que orientan el punto de vista desde el que se construye el discurso, y cuya presencia suele ser fundamental para la interpretación de los diversos tipos de cláusulas impersonales o desubjetivadoras. Incluso en nuestro ejemplo Aquí se habla español, el adverbio inicial parece favorecer la lectura deóntica, al acotar el ámbito de validez, mientras que en Se habla español sería más fácil la declarativa (y, de hecho, seguramente es esta última la formulación más habitual en los carteles publicitarios). Asimismo, en el ejemplo (6), un político exige la dimisión de un rival argumentando que, en política, las responsabilidades se asumen así (nótese, de nuevo, el potencial de las construcciones de se para dar a entender que un hecho es general, a pesar de que en casos como este la experiencia demuestre todo lo contrario):

(6)

la resp(on)sabilidad del señor Lanzarote Sastre en estos hechos es ineludible / y en política las responsabilidades se asumen abandonando los ca(r)gos institucionales / desde los que se han dañado los intereses colectivos  <Inf-Pu-021204-13:55>

No obstante, si comparamos este último ejemplo con el tuit de (3), bastante similar en su contenido y su intención, parece claro que en aquel caso la cláusula en sí misma no proporciona pistas interpretativas tan claras, y es necesario recurrir a elementos del contexto discursivo más amplio (la vuelta a las aulas, a la que se alude después) o situacional (la propia identidad de la autora y la coyuntura social y política en que se produce el mensaje) para aproximarse a esa lectura deóntica preferente y, además, inferir la identidad de los referentes a los que se atribuye la obligación (los responsables últimos de organizar la actividad educativa, que también aparecen citados). Hechos como este muestran, como siempre ocurre en los estudios sociopragmáticos, la enorme relevancia que posee el contexto en la comunicación humana, así como la gran variedad y complejidad de los factores que confluyen en él. Sin duda, las construcciones con se constituyen un ámbito gramatical siempre abierto a nuevas indagaciones desde esta perspectiva.

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