Las construcciones modales ofrecen un campo de grandes posibilidades para el estudio de la variación morfosintáctica en español. Uno de los aspectos que mayor atención han recibido por parte de los lingüistas es la elección entre las formadas con el auxiliar deber: aquella en la que va seguido de un infinitivo (Los niños deben dormir bien) y aquella en la que entre ambos verbos se introduce la partícula de(Los niños deben de dormir bien). Es sabido que existe una notable variabilidad en el uso, que además se daba ya en el español medieval y áureo, hasta el punto de que se ha llegado a suponer que ambas variantes se encuentran en variación libre, esto es, que los hablantes las utilizan indistintamente y sin percibir diferencias de significado entre ellas.
A partir del siglo XVIII, las obras gramaticales de la Real Academia establecen una diferenciación normativa entre las dos construcciones, basándose en los usos aparentemente predominantes en épocas pretéritas. Debersin partícula posee un valor deóntico, de necesidad u obligación (Los niños deben dormir bien para crecer y estar fuertes), mientras que deber dees una construcción epistémica que expresa una hipótesis probable (Los niños deben de dormir bien, porque no se les oye en toda la noche). Esta distinción se repite en prácticamente todas las descripciones normativas hasta la actualidad, si bien se reconoce que el uso de la construcción sin partícula también está enormemente extendido en los contextos hipotéticos (Ana no debe estar en casa, porque no contesta), por lo que no parece que pueda considerarse incorrecto. En cambio, sí se censura claramente el uso deóntico de deber de: #No debes de interrumpirme cuando estoy hablando.
No obstante, ni la hipótesis sobre la variación libreni las distinciones taxativas que defiende la norma se corresponden en absoluto con la realidad del uso. Si analizamos la variación a partir de textos reales y considerando que toda forma conlleva la construcción de un significado, descubriremos que debery deber de son elecciones que permiten matizar la modalidad enunciativa y que, además, se correlacionan con los distintos canales de comunicación y los grupos de hablantes. Todo ello refleja el principio general de que la variación no supone solo una distribución desigual de formas lingüísticas a través de los distintos grupos sociales y situaciones de comunicación, sino que se relaciona directamente con las distintas maneras de construir estilos sociocomunicativos (esto es, formas de significar) en las comunidades humanas.
En un análisis cuantitativo de los textos del corpus MEDIASA, se comprueba que la variante sin partícula es muy mayoritaria en el discurso de los medios (198 de 233 ejemplos, un 85%), lo que por sí mismo sugiere una diferente evaluación psicosocial de cada una de ellas. Tal percepción se confirma si añadimos que, de los 35 casos de deber de, 29 (un 82.9%) ocurren en textos radiofónicos, mientras que la presencia de esta variante en la prensa es exigua y aparece limitada a hablantes que no son profesionales de los medios, como los políticos que realizan declaraciones o los ciudadanos anónimos que envían cartas al director. Otro dato interesante es que deber denunca se usa claramente en los contextos modales epistémicos que supuestamente le corresponden, sino en enunciados de orientación deóntica. No obstante, hay ejemplos ambiguos como el siguiente, que nos ponen sobre la pista de lo que vamos a comprobar: el hecho de que, en realidad, un contexto no es ni deóntico ni epistémico de por sí, sino que ello se deduce de las propias elecciones lingüísticas realizadas, incluyendo la variación entre debery deber de, pero también otros elementos modalizadores como el tiempo verbal (en este caso, condicional), la presencia de marcadores como a mí me da, etc.
(1) bueno pues a ver si: tienes suerte: / que a mí me da: / que: / YA os deberíais de saberla letra de sus cancione:s / no me hagáis lo de aye:r / <risas> <Mus-Di-251104-13:15>
El análisis cualitativo de los ejemplos nos muestra que la elección de una determinada variante ayuda a situar el enunciado en cierto punto de un continuummodal entre la deonticidad y la epistemicidad. Esto es, hay que comprender que es, en parte, la propia construcción la que crea el significado pragmático, en lugar de contemplar este último como algo preexistente y a lo que simplemente se añaden ciertas formas gramaticales. Para comprobarlo, en lugar de observar los usos supuestamente prototípicos (deberen enunciado deóntico, que es lo habitual en el corpus, y deber deen enunciado epistémico, que simplemente no se da), conviene atender a los no prototípicos, en que una construcción se utiliza con el valor pragmático que a priori no le corresponde. Así se descubre que debersin partícula, cuando se utiliza para expresar una hipótesis, comunica a esta mayor asertividad; hace que se interprete como algo casi necesario. En muchos casos se aducen en el contexto premisas que conducen al enunciado en cuestión como aparente conclusión lógica, como en estos fragmentos que, además, ilustran la preferencia por la variante sin partícula en el discurso escrito.
(2) Con afirmaciones de este tipo, unidas a su talante autoritario y poco proclive al diálogo, me remito a la hemeroteca de su periódico, la Sra. Juez viene dando sobradas muestras de que el cargo le sobrepasa y le hace un flaco favor a sus compañeros de Consistorio y a la ciudad en general, pues vaya imagen de seriedad que debemos darde cara al exterior. <Car-Ga-290104-6b>
(3) ¿Cómo es posible que esté sucediendo eso con el museo más conocido de Salamanca? ¿Tan siniestra ha sido su administración?, ¿tan opaca su contabilidad? No debe serasí, a tenor de las auditorías realizadas y de las explicaciones municipales. <Art-Ga-290104-5b>
A la inversa, los usos de deber deen enunciados deónticos sugieren, por lo general, que la obligación se presenta más bien como una sugerencia efectuada a partir de un razonamiento personal; con esta elección se rebaja, pues, la asertividad deóntica. No es ajeno a ello que en la mayoría de los ejemplos coaparezcan con la construcción algunos de los ya citados elementos modalizadores, como el futuro o el condicional (la forma deberíase interpreta obviamente como consejo o sugerencia, más que como orden), marcadores de diversos tipos como quizá, yo creo, a mí me parece, o elecciones desubjetivadoras como el túinclusivo del hablante o la primera persona del plural, algunos de los cuales se pueden observar en estos otros ejemplos. En particular, (5) ilustra la reiteración de deber deen las declaraciones orales de un representante político.
(4) parece mentira que en pleno siglo XX [sic], tengamos estas infraestructuras tercermundistas, o ¿quizás deberíamos de empezara recoger firmas ahora que están tan de moda…? <Car-Ga-190604-6b>
(5) yo creo que los ciudadanos entonces / cuando el Ayuntamiento les responda eso / deberán de decir/ “oiga / dice el Consejo Consultivo / que hay sentencias del Tribunal Supremo / dice el Consejo Consultivo / que hay / informes del Consejo de Estado / donde / una reclamación como la que yo ciudadano me están rechazando / me la debe/ de pagarel Ayuntamiento / y luego el Ayuntamiento debe negociar con la empresa: / concesionaria” / eso es lo que yo creo que deben de hacerlos ciudadanos <Inf-SE-301104-14:25>
Por lo tanto, el uso de las construcciones modales con deberes un caso evidente de elección morfosintáctica por medio de la cual se construyen y matizan los valores pragmáticos de un enunciado; su distribución sociosituacional indica, además, que los hablantes (aunque no puedan explicitarlo) las perciben como recursos para el desarrollo de imágenes personales y contextos de interacción. Los profesionales de los medios tienden a evitar una variante (deber de) que sugiere falta de seguridad y que se asocia claramente a la lengua oral, además de ser rechazada por la norma en los contextos discursivos que no le corresponden prototípicamente. Por el contrario, otros hablantes pueden percibirla como pragmáticamente ventajosa, dependiendo del contexto y de lo que pretendan transmitir en él.
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